En la naturaleza, la supervivencia no depende del más grande o el más fuerte, sino del que mejor se adapta a un entorno cambiante. La célebre teoría de la evolución de Darwin dice que las especies que desarrollan nuevas características o mejoran las existentes en respuesta a los desafíos de su hábitat son las que prosperan. Las que no, lamentablemente, se extinguen. Esta misma dinámica la estamos viendo, y con más fuerza que nunca, en el sector inmobiliario.
Tras dos años de auténtica abundancia, con un número inusualmente alto de operaciones (en 2021 se registraron 676.775 compraventas y en 2022 alcanzamos las 718.663), el mercado ha vuelto a niveles más cercanos a los prepandemia (con 583.042 compraventas en 2023 y una previsión similar para 2024, en torno a las 580.000 - 600.000). Este "festín" temporal trajo mejores resultados para los que ya estábamos operando y atrajo a nuevos agentes a la industria de la intermediación.
Sin embargo, ahora estamos todos compitiendo por un "pastel" que, aunque sigue siendo considerable, ha descendido alrededor de un 15% desde los picos de 2022. Paradójicamente, la demanda ha aumentado lo suficiente como para acelerar el ritmo de las ventas y hacer aumentar los precios, potenciando la sensación de escasez de producto disponible. La rotación es tan rápida que los inmuebles casi no dan tiempo a verse, acentuando la idea de que "no hay nada que captar".
No es que no haya "comida" en el ecosistema, sino que se consume con mucha rapidez.
En el Bonus Track de esta semana te cuento lo que creo que pasará en los próximos 2 o 3 años en el sector de los agentes inmobiliarios.
Bonus Track: Ctrl + E (Controla tu Evolución)
Si el sector inmobiliario fuera un ecosistema natural, la "crisis de la captación" sería la señal de una selección natural en marcha. A continuación, las tres fases de lo que puede ocurrir:
Fase 1: La queja y el adelgazamiento. Somos esos animales que, acostumbrados a la abundancia, ahora adelgazan y se lamentan porque no encuentran comida en los lugares habituales. La queja generalizada es que "cuesta más captar". Tenemos dificultades para buscar nuevas fuentes o métodos de caza, a la vez que nos aferramos a las viejas costumbres por el miedo a cambiar aquello que funcionó en el pasado. La frustración y la falta de ingresos empiezan a hacer mella.
Fase 2: Los fuertes, cada vez más gordos y los débiles, cada vez más flacos. Como en la teoría de Darwin, solo los más fuertes —o mejor dicho, los más preparados y adaptados— lograrán sobrevivir y prosperar. No se trata de fuerza bruta, sino de inteligencia, estrategia y, sobre todo, capacidad de evolución. Aquellos profesionales que inviertan en formación y especialización, que adopten nuevas tecnologías, que construyan una propuesta de valor única y diferenciada, y que desarrollen relaciones sólidas y duraderas, serán los que no solo superen esta etapa, sino que saldrán reforzados, consolidando su posición. Serán la "especie" dominante en el nuevo ecosistema inmobiliario.
Fase 3: Volverá un periodo de “calma”. Las agencias habrán reducido plantilla para mantenerse a flote, o habrán bajado la persiana para siempre. Habrá agentes independientes que, ante la imposibilidad de conseguir operaciones rentables, acabarán abandonando la actividad y buscando oportunidades en otros sectores. Es una depuración natural, cruel pero necesaria, cuando un mercado se satura. Esta depuración permitirá que el pastel, aunque más pequeño, se reparta entre menos actores, generando un equilibrio más sostenible. Hasta que llegue la próxima sequía.
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Maravilloso Edu como siempre, conoces en bambú ?, pues la caña de azúcar de donde produce el Ron 😉 es como el bambú: “lo suficientemente fuerte para no quebrarse y desde su raíz, lo suficientemente flexible para ir a la dirección que el viento 💨 sopla, cuando lo azota “ .. y nace el RON 🍹!!
Es momento de calidad y no de cantidad, se acabó cazar en el zoológico y eso me parece bueno, porque cada vez se valora la venta en exclusiva aunque eso lleva tiempo de sembrar y cultivar confianza, en resumen, ponerse del lado del vendedor porque compradores abundan.