Los hijos de la marcha atrás
3 razones para trabajar con un (buen) contrato de comercialización
No me hace falta profundizar mucho por mi círculo de amigos, conocidos y saludados para identificar alguno que haya sido padre o madre por confiar en la marcha atrás como método anticonceptivo. Supongo que a ti, tampoco.
Hace unos meses que dedico una parte de mi tiempo a conversar con agentes inmobiliarios que se interesan por los servicios de Monapart. En el marco de estas conversaciones, no son pocos los colegas de profesión que me dicen “yo, con la mayoría de mis clientes (propietarios) trabajo en exclusiva por confianza, sin nota de encargo”. Y lo justifican: “esque si les tengo que poner según qué cosas por contrato, igual no firmarían el encargo”, o “esque mi zona es así, todo muy informal”. Y, evidentemente, si no hay contrato, tampoco habrá ningún tipo de compensación si el cliente retira el inmueble del mercado, o lo vende por otro lado.

Trabajar sin contrato es como confiar en la marcha atrás: ideal si te va el riesgo. Si, por el contrario, eres de lxs que prefiere planificar su procreación, te invito a ser valiente y leer el Bonus track más precavido de la historia de este blog.
XXX
Eduard
Bonus Track: Ctrl + C (Controla tus Contratos)
Las tres principales razones son:
1. Para no tener que utilizarlo
La primera vez que me divorcié, el abogado nos dijo a las dos partes implicadas: este convenio que vamos a preparar, una vez firmado, lo guardáis en un cajón y ojalá no debáis sacarlo jamás del olvido. No obstante, tenerlo os dará la seguridad necesaria si la buena voluntad que ahora tenéis, diosnoloquiera, algún día cambia.
Han pasado doce años y, afortunadamente, el contrato sigue en el cajón muerto de asco. Ídem con la nota de encargo.
2. Te protege de los lobos con piel de cordero
Dado que los agentes inmobiliarios trabajamos a riesgo, un cliente serio no debería tener ningún problema en firmar un contrato de encargo que cubra aquellas situaciones que, por desgracia, a veces suceden y podemos anticipar: un suceso inesperado que haga innecesaria la venta en cualquiera de sus fases, la aparición de un amigo, familiar o vecino, que quiera tentar al propietario con saltarse la agencia para conseguir un descuento equivalente a tus honorarios, etc. You name it.
3. Protege tu bien más preciado: el tiempo
Los agentes inmobiliarios vendemos una mezcla de tiempo y know-how. Todo el tiempo que dedicamos a comercializar una vivienda que, por motivos ajenos a la calidad de nuestro trabajo, finalmente no se venda, lo habremos perdido y, además, tendrá un coste de oportunidad (el negocio que podríamos haber generado dedicando el mismo tiempo a otro cliente). ¿De verdad quieres dedicar tiempo a un cliente que no es capaz de comprometerse contigo?
Acepto que tener que hablar con un potencial cliente de penalizaciones por incumplimiento es duro, porque la relación está en una fase muy inicial y algunas personas pueden no entender la necesidad. Sin embargo, del mismo modo que a menudo hablo con agentes trabajando sin contrato por miedo a perder una captación, también soy testigo de cómo los valientes agentes de Monapart firman contratos en exclusiva que cubren estos escenarios indeseados sin ningún tipo de problema. Es cuestión de creérselo, saberlo explicar y luego, según lo que suceda, ser capaz de aplicar la ética y el sentido común.
Si eres de los que prefieren la seguridad, clica aquí.
Póntelo, pónselo...